viernes, 23 de noviembre de 2007

LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE RAMON

Ellos son el centro de la escena de los últimos tiempos. Ellos, responsables de sus equipos, lograron ir en contra de la tendencia que se viene dando con los que se sientan en el banco de suplentes, que se acostumbró a ser una especie de silla eléctrica para los entrenadores del fútbol argentino. Ellos son los DT de moda, los que tienen ideas innovadoras y su pensamiento trasciende lo futbolístico, va mucho más allá. Ellos son Ramón y Ramón. Díaz y Cabrero. Uno, último campeón con San Lorenzo. El otro, cerca de dar la vuelta con el sorprendente Lanús.
¿Qué tienen en común estos entrenadores? Primero que tienen una idea de juego y estilo que a los jugadores les cae bien y entienden a la perfección. Además son grandes motivadores y consiguen tener una relación perfecta con todo el plantel. Son infalibles manejadores de grupo y alcanzaron el respeto y el afecto tanto de jugadores y dirigentes como también de simpatizantes.
El técnico de la entidad del Sur les mostró a los directivos su proyecto. Un proyecto que abarca una identidad de juego diferente a la que dice la historia del club. Para ello se dio cuenta de que la mejor forma de encarar este plan era acudiendo a las divisiones inferiores. Y este entrenador no sólo hizo debutar a varios jóvenes talentosos sino que también los convirtió en grandes figuras. Archubi, Leto (hoy están en importantes clubes de Europa), Pelletieri (futuro cercano en la selección argentina), Valeri (el mejor jugador del campeonato), Biglieri, Aguirre, Blanco, Acosta, Lagos, Fritzler son jugadores de buen pie y le dieron a Lanús un matiz diferente a lo que se ve habitualmente en el fútbol doméstico.
Pero además Cabrero tiene la capacidad de conjugar a estos pibes con jugadores de mayor experiencia en Primera. Así están de un lado Pelletieri y cía., y del otro, Bossio, Ribonetto, Rodolfo Graieb, etc, pero demostrando que entre ellos no hay diferencias y que existe una gran unión y complementariedad en el plantel, todo gracias al aporte psicológico y mentalidad de grupo con la que cuenta el entrenador granate y que logra inculcarles a sus futbolistas.
Por su parte está el Ramón más conocido. El oriundo de La Rioja ya demostró hace rato su chapa de ganador. Es un motivador como ninguno y le saca la presión que molesta a los jugadores, que se sienten seguros y tranquilos cuando ven con el buzo de técnico a este hombre comprometido con su plantel.
Tal es el feeling del pelado con sus dirigidos que, ante un interés de la dirigencia de River por repatriarlo, el DT, ante el temor de los jugadores azulgranas por esta situación, sólo se limitó a decirles: “Yo me quedo con ustedes porque van a ser los próximos ganadores de la Copa Libertadores”. Y al oficializar su estadía, todos satisfechos y contentos por el Bajo Flores, desde el presidente hasta los hinchas, que se sienten cada vez más identificados con el estilo de su nuevo ídolo.
Aquí están, éstos son los tocayos, los que sueñan a lo grande y se codean con la gloria y los que todos quieren imitar. Ramón y Ramón. Los más queridos y que demuestran día a día su importancia desde la función que les toca cumplir.


Nota redactada por Fernando A. Ferrari